Adonde quiera que vayas, estaré a tu lado.
Hiciese lo que hiciese, sentía su presencia. No se sentía sola.
Tampoco hacía falta que pronunciara una palabra, podía adivinar sus
pensamientos e intenciones.
En los sitios más oscuros, veía brillar una luz en una esquina. En los
sitios más hostiles, sentía un cálido abrazo.
Cuando le costaba mucho subir, una mano agarraba la suya y la ayudaba
a seguir avanzando.
Aparecía en sus sueños, y tenían largas conversaciones.
Por muy lejos que estuvieran la una de la otra, seguían estando
juntas. No podían separarse.
Un hilo indestructible las unía.
No comments:
Post a Comment