Las nubes tenían una forma extraña.
El aire parecía haberse enrarecido, ¿o eran sus
pulmones los que no lograban inhalar tanto oxígeno cómo antes?
La luz del sol, y de la luna parecían apagadas, cómo
si su fuerza se hubiese reducido.
El viento, la lluvia, todo lo que le rodeaba parecía
más frío, a pesar de la ropa que llevaba puesta, de estar cerca de un fuego o
enterrado bajo mantas.
La comida se había vuelto insípida, ¿o eran sus
papilas las que habían perdido sus facultades?
Sus oídos parecían no funcionar como era debido,
porque oía sin entender, todo era un ruido monótono e indescriptible.
Incomprensible.
Sus músculos faciales parecían haberse muerto, ya no
lograba esbozar la más mínima sonrisa. Sus labios le pesaban y recaían sobre
los lados, le costaba demasiado levantar sus bordes.
Todo había cambiado.
Ya nada era como antes.
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