Tuesday, October 21, 2014

Miedo

Sentía un vacío en su interior que no lograba llenar con nada. Lo había intentado todo. Por lo menos todo lo que estuviera a su alcance. Todo lo que era capaz de hacer.
Y nada había funcionado. Nada conseguía eliminar el dolor que le provocaba ese agujero negro.

Ni la comida, ni abrazar sus peluches, ni meterse en la cama y pasarse la noche llorando. Ni gritar, ni lanzar cosas, ni dejar de hablar, o hablar demasiado. Ni reír, ni sonreír, ni el deporte, el cansancio, las distracciones materiales como las películas. Ni mirar el cielo, observar las cosas bellas de este mundo. Ni el cantar de los pájaros o la dulce mirada de un bebé. Ni la risa de los niños o el sol calentando su cuerpo.
No tenia a nadie con quien hablar de ello, alguien que pudiera entender y ayudar. Por lo menos darle un abrazo para reconfortar, y apaciguar un poco el dolor.
El vacío seguía ahí. No aminoraba hiciese lo que hiciese. Cada noche volvía a encontrarse con el. A enfrentarse a su soledad.
La oscuridad que albergaba en su interior parecía ser mas profunda que la noche que la rodeaba.

Cada mañana se levantaba, y sonreía a la gente que la rodeaba.

Cada noche se acostaba, y se sumía en una profunda desesperación que intentaba ahogar en llantos silenciosos.

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