Estaba corriendo, por una pradera.
Esto era un sueño, jamás habría corrido por una
pradera si estuviera despierto. Todo era exactamente como uno se imagina un
sueño en el que corre por una pradera; la hierba verde, los rayos de sol
brillando fuerte, la brisa tibia, el lejano cantar de los pájaros…
Consciente de estar soñando, y a pesar de eso no
poder despertarse. Que situación tan curiosa.
Intentó hundirse en un dormir más profundo, para
dejar de darse cuenta que estaba soñando, pero no lo logró. Era como si
estuviera viendo una película, se veía a sí mismo corriendo por la pradera,
sonriendo tontamente, y se preguntaba cuando dejaría de correr, cuando
despertaría de aquel sueño.
Después de varios minutos, seguía en ese extraño
sueño, en un sueño que poco a poco se volvía pesadilla. ¿Por qué no lograba
despertar? ¿Y por qué seguía en aquella pradera?
De repente un escalofrío le recorrió la espalda,
acababa de recordar. Esa pradera, esa pradera…
La sonrisa se tornó en una mueca y sin dejar de
correr en aquella pradera, quedó atrapado en su sueño.
Sabía que no saldría jamás.
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